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FLOR DE AZUCENA 171 Al cabo conformándose a la voluntad de Dios que permitió fracasara su vocación, comenzó la última etapa de su candoroso existir, Valor corazón mio, combate, lucha, que el Pastor amoroso atento escucha. Jesús te llama ¡Mira cuánta ternura! ¡cómo te amo! Cual María Magdalena iré en busca del Señor; de esperanza siempre llena seré al fin sola de Dios. Desde la salida del convento hasta su muerte María Margarita llevó vida de perfecta religiosa en el mundo: pobre, mortificada, humilde, abne- gada, atenta a ser toda totalmente de Jesús. En este último período de su vida el caminito se le hizo harto más duro. La purificación del alma por medio de los es- crúpulos de conciencia terminaron la obra del amor por el dolor interior. Durante aquella tribulación interior que nadie que no le haya pasado sabe lo que es, buscaba in- faliblemente su apoyo en su dulce amado. En una composición de soberana belleza y expresión deja reflejado el estado de su alma: