BCCPAM000R09-1-03000000000000

e a 168 SU ESCALITA Diríase que en la muerte de don Augusto Bárcena sufrió Margarita su primer gran dolor de la vida... y en esta otra ocasión se llenó su alma de un segundo dolor si comparable a aquel por la ternura natural, incomparable por la pena sobrenatural... Para calmar las angustias de semejante dolor escribió a Jesús Sacramentado: ¿Dónde estáis ¡oh momentos venturosos | noches de adoración que ante el Sagrario me pasaba en requiebros amorosos con el divino amante solitario? ¡Qué feliz oh Jesús sentía el alma! "Pus altares ¡ Dios mío! eran mi nido. Lejos de ti no encuentro paz ni calma ¡cuán triste! lo confieso, infiel te he sido. Glosando luego ésta su humilde confesión es- cribe la siguiente parábola expresiva: Cual corderillo, Señor, iba yo huyendo de ti, y tú, divino Pastor, siempre ... siempre en pos de mí. Lográsteme al fin tener entre tus brazos ¡mi Dios! y era mi único querer el ser toda para vos...

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz