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FLOR DE AZUCENA 165 Ya era novicia de la Reparación y amor... Ella que era profesa ya en el ejercicio de estos ideales comenzó como novicia religiosa el año preparatorio para la oficial profesión en el Ins- tituto que llenaba todo su amor. "Tomamos del libro citado de la señorita He- rreros el siguiente retrato que la Superiora y Maestra de Novicias de la Casa de Manresa ha- cen de Margarita: “Era una joven monísima, con mirada clara y pura. Piadosa, sencilla y llena de amor por Nues- tro Señor. Su vocación a la vida religiosa se apo yaba en este amor ardiente, sincero, algo senti- mental e ideal. Se mostró siempre dócil y fer vorosa de buen espiritu. Su carácter alegre y afectuoso le hacían querer de todas. Ella siempre demostraba verdadero afecto a las Superioras y compañeras. Su alma angelical tenía algo de niña sensible y delicada como las poesías que compo- nía con suma facilidad. Era una flor que no ha- bía perdido nada de su frescura, cultivada y pro- tegida por una madre de alma no menos elevada y que comprendía y adivinaba sus más intimos sentimientos, tanto en lo físico como espiritual” (Ob. cit., pág. 72-73). De esta madre comprensiva y de elevado es- píritu nos hemos valido muchas veces para de- linear facetas del alma de Margarita. Recuérdese lo que en otra parte decimos sobre nuestro juicio acerca de la vocación de Margari- 1

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