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FLOR DE AZUCENA 1297 La condición de infancia espiritual no es fácil de definir ni tampoco de apreciar. Creemos que en toda alma mística hay mucho de esta infancia por lo mismo que han seguido al Maestro, y se gún este no entrará en el reino de los cielos quien no se haga niño. Lo cual no es aplicable a la niñez natural sino a la sobrenatural. Pero indudablemente se acentúa esta condición según la psicología de los mismos santos. Cuando la psicología es como en Santa Te- resita y nuestra Margarita, tiene manifestaciones tan proporcionadas que se siente uno tentado a concluir que aquellas niñerias no pueden entrañar heroísmos de virtudes ni aún siquiera virtudes. Como ya se ha dicho, no fué eso obstáculo para que Benedicto XV declarase heroicas las de San- ta Teresita y Pío XI la canonizase solemnemente. No es prudente ni es nuestro propósito elevar a semejante altura las virtudes de Margarita. Queremos afirmar que en todo esto estamos bien sometidos a las decisiones de la Iglesia y que so lamente ella tiene el dón de definir la heroicidad de las almas; pero se nos antoja que en esta vida fabricada en diamantes de fe y en azucenas de pureza, aunque a veces encontremos niñeces, hay mucho de edificante y de sobrenatural con harto mérito de virtudes. Como una prueba más de cuanto aquí queda dicho copiemos de su cuaderno un modo bien in-

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