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NA A AAN Ar PA APURE A 120 ALMA INFANTIL Entendía que el pensamiento del Señor era que nos hiciéramos todos niños por la castidad de los deseos y por la inocencia de costumbres... Recordando ella el pasaje de la vida de San Ignacio que a los 33 años se puso en los bancos de los niños para aprender letras humanas, tuvo esta reflexión: San Ignacio a esa edad comenzó a ser niño, antes siempre fué grande: por eso también Jesús a esa edad comenzó a quererle con particular amor... Afirmaba también que la figura de Fray Ju- nípero en la Orden franciscana era de las más sobresalientes porque se hizo niño y loco por Dios. Cuantísimas veces al ver este interior de Margarita hemos reflexionado de la manera si- guiente: Se inventan apostolados para convertir el mundo. Se forman apostolados sociales dignos de toda alabanza ¿pero no habrá acaso en todo ello un exceso de humanismo? ¿No adolecerá todo de una superfetación de- masiado mundana y de una carencia o defecto de oración y de amor? El menor acto de amor ¿no es más notable que el mayor sacrificio exterior?... Las súplicas del amor tienen más potencia convertidora que las más tenaces campañas públicas... Sin embargo, “hoc oportet facere, illud non omittere”. Unos tienen una misión y otras almas son arrastradas a otra. Lo que decía Santa Te-

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