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A el El q ci e z 118 ALMA INFANTIL res... Al notar ella que muchas amiguitas suyas se ocupaban más que ella en el éxito de la mi- sión, me dijo: “Mi inutilidad es grande, Padre mío, pero yo haré fuerza para que Jesusito colme de bendiciones todos sus trabajos... Mis amigas aman mucho a Jesusito y yo le digo que en pre- mio les aumente el amor”. —¿Y tú qué harás entretanto? —Llorar mi pobreza y amar... —¿ Crees acaso que basta llorar y amar para ser apóstol de Jesucristo? —“ Nadie es apóstol si no ama, y nadie ama si no es apóstol... Jesucristo me ha enseñado que el más grande apostolado es amarle cada vez más. Cuando se le ama mucho, se consigue de él lo que se quiere, hasta la conversión de las almas más pecadoras.” ¿No es. verdad que la Virgen ha hecho más que todos los apóstoles? A esta guisa compren- día ella su misión. Parecía que no hacía lo que otros y la verdad que hacía por todos. —¿Qué haces Margarita mientras otras traba- jan tanto por la causa de Jesucristo? —Amo y me humillo. Jesús no quiere que sea como las otras, pero quiere que le ame más que todas. Otro día le pregunté qué caminito enseñaría ella a las almas si fuera director de ellas o apóstol... ni