BCCPAM000R09-1-03000000000000

FLOR DE AZUCENA 115 una hornacina en la iglesia y un altar de santo en los corazones, Esto sirve para decir que el caminito de la in- fancia espiritual es eficaz, y acaso no menos eficaz que el otro camino de los varones armados de todas las armas espirituales, envueltos en las mallas de amplias austeridades y pregonados en el mundo por la fama de sus maravillosas obras taumatúrgicas. La florecilla de Lisieux ha colmado de favores el mundo desde el cielo, derramando su lluvia de rosas. Cuando se extinguía su vida en la tarde de septiembre de 1897, Margarita contaba sólo 10 años, pero traía en su almita serena y seráfica el suave don de la infancia espiritual por el que sin hacer nada saliente en el sentido ordinario, era todo extraordinario para el que atentamente con- templaba la evolución de su vida. No me acuerdo que profesara particular devoción a la dichosa carmelita ni se me ocurre que leyera nada de ella durante el tiempo de mi dirección. Indudablemente que en sus años postreros ten- dría gran simpatía por la florecilla de Lisieux porque encuadraba en su sencillo corazón. Las “almas infantiles” conocen el camino de las cruces y del dolor, como las robustas y firmes del Santoral. La característica de ellas es vivir en la humil- dad encantadas y enamoradas del caminito, siem-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz