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108 ALMA POETA Deja te coma a besos ¡ Precioso niño! para que así te entregue todo el cariño ¡Jesús amado!, celestial corderito Inmaculado. Si una abeja mirase tu boca hermosa, la libara creyendo que era una rosa. ¡Niño hechicero! ¡terroncito de azúcar! ¡Cuánto te quiero! En estas manifestaciones de su alma poeta se nota más que esfuerzo mental un tierno dinamis- mo cordial... Era naturalmente poeta... Sin embargo, ja- más floreció en su pluma una flor menos delicada ni brotó bajo de ella un pensamiento menos ho- nesto. Margarita “pensaba sus pensamientos” en la fragua del casto amor que sentía su corazón. "oda su obra poética fué una interpretación amo- rosa de su te y de su temperamento de una de- licadeza de lirios. Gratia super gratiam mulier casta et pudorata. Versificaba respirando el am- biente del cielo... no con estrofas efímeras hacia sus composiciones.