BCCPAM000R09-1-03000000000000

106 ALMA POETA claro papel de sus blancos espíritus “serafini- zados”. Estos versos pastoriles o eucarísticos de Jesu- sito parecen que palpitan como un niño vivo: En tu cunita durmiendo estás, Niño, mi delicia, verdad que no te despierto por hacerte una caricia? Me acerco yo... sin ruido a esa tu faz inocente e imprimo un beso de amores en tu sonrosada frente que él te diga cuánto te amo y en amor tuyo deshecho te adormezcan ¡Jesús mío! los latidos de mi pecho. Estas estrofitas escribió Margarita en diciem- bre de 1905. Cuando nos la presentó como de costumbre, le preguntamos donde encontró el te- ma para este deliquio y supimos que fué fruto de la meditación de por la mañana. Comparemos esta composición con otra contem- poránea que dice: Con tu rostro de cielo ¡ Niñito mío! bello más que las flores que pinta Estío,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz