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— pr 84 AMOR DE AMORES Son términos correlativos, sino que muchas veces la unión natural causando experiencia sen- sible del hombre engendra la desunión, y la unión sobrenatural engendrando la experiencia espiri- tual de la gracia, produce mayor amor. Es el caso de los Santos. El amor los une con Cristo, amor de amores, y la unión los estrecha en nuevos amores, lle- gando hasta aquellas cúspides de la mistica que se conoce con el nombre de desposorios entre el alma y Jesús. Este amor maravilloso merece en sus cabales el título de amor de amores. Jesús mismo se d2- fine “Amor” y por definición las almas místicas son amantes de Jesús cuya locura les lleva, a ve ces, a la crucifixión dolorosa y gustosisima que constituye el vértice y centro y remate de toda virtud y perfección, Margarita fué uno de esos temperamentos emotivos que pueden clasificarse “tiernos”. Si el caudal copioso de ternuras que contenía su alma lo hubiera prodigado fuera de Jesús, se- ría sin duda una “gran frívola”; empero feliz- mente toda su vida fué esclava del amor de Cris- to, y como ella misma decíame con delicadeza candorosa: “yo soy “pequeña” enamorada del amante más Real”. Parece como que existe una hoguera divina en los cielos, y que Dios deja caer de cuando en cuando una o varias ascuas. Margarita fué en