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Vasos de loza. Hasta la segunda mitad del siglo XIX servían en la Farmacia de la Santa Casa. Esta preciosa colleción de jarros de loza consta de 462 piezas; preciosísimos por la decoración, por la viveza y por la gracia de las figuras que los adornan. En un principio probabilísimamente per- tenecieron a la Botica o Farmacia del Duque de Urbino. La mayor parte se fabricaron en el mismo ducado por orden del Duque Guidobaldo 1Í en el taller de Oracio Fontana, muerto en la segunda mitad del siglo XVl; los regaló a la Santa Casa el Duque Francisco María ll de la Rovere hacia el año 1606. En tanto aprecio fueron tenidos estos jarrones, que Bartoli en sus " Majestuosas lorias del Santuario de Loreto , escribe: .* que un gran Duras de Toscana hizo la propuesta de cambiar dichos jarrones de loza por otros tantos de plata de la misma forma y peso: y Cristiana de Suecia sostenía que esta co- lección superaba en valor al tesoro de entonces, que se calculaba en unos 20 millones de escudos y. La primera colección de estos jarros es la más preciosa; los trabajaron hábiles artistas, como el veneciano Bautista Franco, Rafael Del Burgo, Jerónimo Lanfranco, César de Faenza, Camilo Oracio, Flaminio Fontana de Urbino, Lucio Dolci y otros. Esta colección consta de 348 jarrones. La segunda, es algo inferior y más pequeña, pues consta sólo de 108 piezas, incluyendo los dos dragones con alas para uso de alguna fuente. Los asuntos rapresentados en todos estos jarrones son pasajes del Antiguo y Nuevo Te- stamento, de la Historia Romana y Sícula, y de la Mito- logía Greco-Romana. De la última sala de Tapices se pasa a d alcoba de los Pontifices. La torre. Saliendo del Museo, a la izquierda está el departa- mento del Pontificio Administrador, que ya de muy antiguo