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Plaza de los Gallos. Los peregrinos que utilizan el servicio de Automóviles para venir de la Estación a Loreto, desmontan en una plaza muy irregular. Se llama «Plaza de los Gallos por la graciosísima fuente que ocupa el centro. Sobre una base central se eleva la figura del Dragón con alas, del escudo de Paulo V, perteneciente a la familia Borghese, y sobre sus respectivos pedestales más pequeños, se hierguen cuatro gallardos y elegantes gallos en actitud de saludar a la aurora. Del pico de dada uno brota un chorro de agua. El trabajo es de bronce y fué ejecutado por los hermanos Tarquino y Pedro Pablo Jacometti de Recanati, por 110 escudos romanos. Monterreal. Al sudeste de la Plaza de los Gallos hay una calle larga, de marcada pendiente, toda edificada de palacios. Es la calle más ancha y más larga de Loreto y se llama Monterreal. Es obra de Lactancio Ventura de Urbino y se construtó en el Pontíficado de Sixto V. Pero antes habían tomado parte Antonio Sangallo, bajo Clemente VII, y Juan Bocalino de Carpi, padre del célebre historiador, en el Ponteficado de Gregorio XIII. Esta Calle o Vía está dividida por otras dos trasversa- les; en la última a la derecha estaba el Hospicio para las buérfanas, recientemente pasado al Convento de las Her- manas de S. Vicente, y el ramal a la izquierda conduce al Hospital, construido hace pocos años por el Pio Instituto de la Santa Casa, de quien depende hasta el presente, y el Hospicio de los Menores Observantes. Desde el ángulo de este Hospicio la Vía toma el nombre de Piana y co- mienza un magnífico paseo. La Vía de Monterreal termina en una espaciosa y elevada Plaza, llamada Esplanada de Montereal, desde donde se domina toda la ciudad de Loreto y se descubre un magnífico panorama: al fondo del valle,