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O — pasa un solo mes del año sin que, en los registros de la Congregación Universal, aparezcan algunos nombres de las diferentes nacionalidades, como rapresentando el homenaje del universo entero a la Santa Casa de Loreto. Damos a continuación una breve nota de las más im- portantes peregrinaciones y de las distinguidas personalidades que han visitado Loreto: Desde el principio del siglo XIV la noticia de la milagrosa traslación de la Santa Casa se había esparcido por el mundo, y comenzaron a venir peregrinos de Alemania como se deduce de la Bula de Clemente V del 1310, Luego, según antiguas memorias, vino una verdadera pere- grinación alemana a la Santa Casa, entre los años 1319-21. Pero quizá aquellos peregrinos no tuvieron tiempo ni siquiera para llegarse hasta la S. Casa, porque una banda de Gi- belinos de Recanati, que ya otras veces habían saqueado la Iglesia de Loreto, les preparó una emboscada en el camino que del mar conduce a la Santa Casa, matando a unos e hiriendo a otros. En 1452 se encamina a " Santa María ¡ el Emperador Federico 111, el cual, después de haber recibido la corona imperial, emprendió algunos viajes y finalmente el 18 de Mayo partía de Ferrara y entraba en la ciudad de la Virgen el 20 del mismo mes. Én esta ocasión, a la presencia del Emperador, pronunció un discurso el humanista Tadeo Qui- rino en nombre del Senado Véneto. Riera nos habla de una peregrinación del 1339 for- mada de incontable multitud de penitentes. Era la célebre compañía de Flagelantes. El citado autor nos los describe vestidos de un saco blanco que envolvía la persona desde la cabeza hasta los pies, e invitando a la ciudad a hacer penitencia y a deponer sus odios fratricidas. Un medio ex- traordinario para difundir la noticia del milagro de Loreto' y de su devoción fué la invasión de la Marca de Ancona por Francisco Sforza en 1433. Los soldados y Jefes que formaban sus temibles huestes habían sido reclutados en las diversas provincias de Italia y también en el extrangero.