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Foo - inunda al Santuario como con una ambundante y copiosa lluvia ¡ Oh bendito lugar! !Oh Santa Casa! y Otro santo extraordinario, devotísimo de la Santa Casa, fué S. Lorenzo de Brindis, Capuchino, el cual vino a Loreto dos veces, y en los días que se dotuvo no hacía otra cosa que orar durante largas horas en la Santa Casa y enfervorizar a los peregrinos excitándoles a la devoción a la Virgen de Loreto. S. José Labre vino desde Roma a Loreto once veces, siempre a pié y mal vestido. En su último viaje le manifestó el Señor su próxima muerte. Otras santos que vinieron a postrarse a los piés de la Virgen en su Santa Casa son: S. Alfuonso MNaría de Ligorio, S. Francisco Caracciolo, S. Pedro de Alcántara, S. Camilo de Lelis, S. Alejandro Salvi, S. Andrés Ave- lino, S. Cayetano, S. Serafín de Iontegranario, S. Diego de Alcalá, y el primer mártir de Propaganda Fide S. Fidel de Sigmaringa. Entre los Beatos citeremos: al Beato Antonio Grassi, B. Pedro Traversino, B. Pedro Obispo de acerala, B. Juvenal Ancina, B. Vicente Strambi, también éste Obispo de Macerata, y el B. Bautista de MMántua. El siervo de Dios *B. Olier, fundador del Seminario de S. Sulpicio en París, precisamente en la Santa Casa recibió el último toque para convertirse y darse del todo a Dios. Lo con- fiesa el mismo con las siguentes palabras: " Ciertamente allí fuí yo regenerado a la gracia, y María me hizo renacer a Dios en el mismo lugar donde Ella concibió a Jesu- cristo y. No quiero concluir este capítulo sin mencionar la pe- regrinación a Loreto de dos lozanas flores de nuestros dias, S. Gabriel de la Dolorosa, que visitó la S. Casa durante su estancia en los Pasionistas de Recanati, y Sta. Tere- sita del Niño Jesús, la cual escribe en su memorias : ' Al encontrarme bajo el techo que albergó a la Sagrada Familia; al contemplar aquellas paredes en la que N. Señor tantas veces fijó sus miradas; al pisar aquella tierra humedecida

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