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E > En 1557 vino a Loreto el nuevo Doctor de la Iglesia S. Pedro Canisio, que fué uno de los primeros y más va- lientes defensores de la tradición lauretana contra los ataques de los protestantes, los cuales suministraron las armas, ya rotas, a los posteriores impugnadores de Loreto. Vino como peregrino a Loreto 5. Francisco de Borja, que en la Santa Casa obtuvo la gracia de librarse de una maligna fiebre que lo atormentaba. En 1564 visitó el Santuario S. Pio V, dos años antes de su elevación al Pontificado: S. Cárlos Borromeo visitó la Santa Casa durante su viaje-peregrinación a Roma en 1579. Desde Fossombrone, según afírma Giussani (Vidar 1. 6, c. 1'), quiso por mayor devoción andar a pié hasta la Santa Casa, lo menos 50 millas, teniendo siempre su mente y su corazón elevado a Dios, meditando, u orando, o recitando salmos ; y si hablaba algo era solo de cosas espirituales y devotas. Salió a su encuentro el Arzobispo de Urbino, el cual caminando igual- mente a pié, lo acompañó hasta Loreto, mientras las gentes salían en tropel a los caminos para verlo. Llegó a Loreto por la tarde, deteniéndose largamente en la Santa Casa donde pasó toda la noche en oración. Por la mañana, en la solemnidad de la Navidad de la Virgen, fiesta principal de la Santa Casa, cantó la Misa y reed con tal fervor acerca del amor de Dios, (cuyo Hijo unigénito tomó carne humana, por nuestra redención, en aquella estrechísima mansión, donde después habitó durante muchos .años, en estrema pobreza y humildad, para enseñarnos a los míseros mortales el camino verdadero de salvación), que hizo der- ramar abundante lágrimas a todo el auditorio. Administró muchísimas Comuniones, y las gentes, que numerosas habían acudido de diversas partes a la solemnidad, quedaron gran- demente edificadas, afirmando todos que más parecía, hombre del cielo que de la tierra. Comió en el refectorio con los Canónigos, que por entoncés hacían vida común, como era costumbre en los timpos primitivos.

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