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Los Santos. Fueron muchísimos los Santos que vinieron a postrarse a los piés de la Virgen de Loreto y besaron con singular afecto las toscas paredes de su Santa Casa, y penetraron y sintieron mejor que otro alguno los sacrosantos misterios allí realizados, y supieron mejor que ningún otro, apreciar y estimar y agradecer, considerando aquella visita como regalo del cielo. Puede decirse que en ningún tiempo han dejado los santos de tributar a María el honor debido en su Santa Casa. Aún no habían transcurrido 50 años de la Translación de la Santa Casa, cuando ya vino en peregrinacion a Loreto Sta. Brígida, seguida poco tiempo despues de la B. Mi- guelina de Pésaro qu murió en 1364, y del B. Plácido de Recanali que la visitó repetidas veces. Es muy probable, casi cierto, que S. Francisco de Paula éuando vino a Roma en 1430, y visitó Asís y Espoleto, se llegó también a Loreto a visitar la Santa Casa, en cuya Basílica hay un precioso altar a este santo dedicado. En 1483 la visitó .S. Jacobo de la Marca, el infatigable apóstol que tiene en su vida, poco estudiada, rasgos singularímos. Pocos años antes llegaba en peregrinación a Loreto S. Juan de Gapistrano, humilde hijo de S. Francisco de Asís, general sin armas, a la cabeza del ejército cristiano que conducía para obtener la más hermosa victoria sobre la Media Luna. También la suave y popular figura de S. Bernardino da Sena vino a venerar las sagradas paredes de la habi- tación de la Ssma. Virgen. No consta con certeza, pero es muy probable, que entre 1537-1540 vinieron a Loreto en peregrinación S. Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros, entre los E 5, Francisco Javier. Aún vivía S. Ignacio cuando en 1554 el Papa Julio 11 confió a los jesuitas la Penitenciaría de Loreto.
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