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A mayor parte de los diez o doce mil esclavos cristianos liber- tados en Lepanto, quienes dejaron sus hierros y cadenas con las cuales se fabricaron verjas de la altura de un hombre, para las doce Capillas laterales; pero como con el tiempo, las destruia el orín, mandó quitarlas Mon. Ferretti 4. (Arch. S. Casa. Vogel Index histor. E Sixto V. Loreto jamás podrá olvidarse del Pontífice, hijo del Piceno, que la colmó de gracias y favores. El mismo en la Bula " Pro excellenti proeminentia y del 15 Marzo de 1586, declara que quiere cultivar el deseo y el celo de adornas con las más hermosas prerrogativas aquella Santa Casa consagrada con tantos Misterios, donde la Ssma. Virgen fué saludada por el Angel y vino a ser Madre de Dios ; Casa trasladada por los Ángeles, y donde todas los días se obran los más extrepitosos milagros, por lo que los cristianos acuden en gran número de todos los confines del mundo y. A las palabres siguieron pronto los hechos, porque con la misma Bula el " Castillo de Loreto ¡ adquirió el título de Ciudad con todas las prerrogativas inherentes; también elevó a Catedral la Colegiata de Loreto, al mismo tiempo que con gran consternación de los Recanatensis, les quitaba la Sede Episcopal, reduciendo su Iglesia a Colegiata so- metica a la Catedral de Loreto. El primer Obispo de la nueva Diócesis fué Mons. Francisco Cantucci, jurisconsulto nativo de Perugia. Entre tanto, Sixto V. elegía Protector de la Iglesia y ciudad de Loreto en 1587, a su carisimo amigo Antonio María Gallo, Cardenal, y le encomendaba la formación del Gobieno de la Ciudad. Este Gobierno se constituyó, en presencia de dicho Cardenal, en la sala principal del Palacio Apostólico, el 26 de Octobre de 1587. El Cardenal entregó al Magistrado, como regalo del Pon- tífice, el sello Comunal en plata, rapresentando la Virgen sobre la Sta. Casa y abajo los tres montes con los dos

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