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E gieren las reflexiones siguientes, que juzgo de no poca importancia. " Las paredes de la Santa Casa, aunque de tosca apariencia, están construidas con suma perfección, en hile- ras horizontales de piedra. Su construcción, exige necesa- riamente un cimiento donde apoyarse con seguridad, o por lo menos una previa preparación del terreno para hacer posible la construcción en líneas horizontales. Por el con- trario, las paredes de la Santa Casa no tienen cimientos ni preparación alguna del terreno, que es de tierra movediza y como polvo. Por lo tanto, se puede deducir en conse- cuencia, que la Santa Casa non ha podido ser construida en el lugar donde se encuentra.... por consiguiente ha de- bido ser trasladada. Pero.... es un absurdo solo el pensar se haya hecho este traslado por medios mecánicos. Queda por lo tanto plenamente confirmada la prodigiosa traslación. y " Concluyo, pues, haciendo resaltar lo sorprendente y extraordinario del hecho constante de la Santa Casa, la cual, sin cimientos, sobre terreno inconsistente y suelto, y aún estando recargada, bien que parcialmente, con el peso del arco que forma o sostituye al techo, apesar de todo se con- serva inalterable, sin la menor señal de ruina, y sin desper- fectos en las paredes. ¡ (De la carta a Mons. Alf. M. Andreoli, Obispo de Loreto. - Noviembre 1922). Las escavaciones en Nazaret. Comprobado con toda evidencia que la Santa Casa de Loreto está sin cimientos, naturalmente el pensamiento vuela a Nazaret, donde estaba primero, y donde quedó la gruta o cueva en la que se apoyaba la Santa Casa. Tampoco escasearon los estudios e indagaciones a este propósito: hemos citado más arriba (pág, 30-31) la relación del P. Tomás de Novara, Guardián de Monte Sión, que satisface plenamente y deja la cuestión de una vez para siempre definitivamente resuelta. Por lo cual nos limitaremos a reproducir aquí las pa-