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> la Eslavonia, y la pusieron próxima a un castillo llamado Fiume. Pero talvez porque no se le tributaron allí los honores. que deseaba la Ssma. Virgen María, el caso es que nuevamente se la llevaron los Angeles y, atravesando el mar, la depositaron-en una selva del territorio de Reca- nati: esta selva era propiedad de una mujer de Recanati que se. llamaba Loreta, Y el nombre de la propietaria del terreno se aplicó a la Iglesia, llamándola Loreta. (1) Miestras estuvo la Santa Casa en dicha selva, el gran concurso de gentes causaba daños en la misma y se co- metían incesantes robos, por lo cual, de nuevo los Ange- les se la llevaron trasladándola a un monte propriedad de dos hermanos. Estos dos hermanos, a causa de las pingiles ganancias de dinero y otras utilidades que de ella reportaban, llega- ron a enemistarse grandemente. Por este motivo otra vez se la llevarcn los Angeles, depositándola definitivamente en un camino comunal, donde actualmente se encuentra, ha- biéndose obrado multitud de prodigios. Toda la población de Recanati vino a ver dicha Iglesia, la cual descansaba sobre la tierra, pero sin cimientos. Viendo el pueblo tan grande e inaudito milagro, pero al mismo tiempo temiendo que aquella Iglesia se desplomase, la rodearon con un recio muro bien cimentado, como se ve hoy bien claramente. A todo esto, nadie sabía de dónde procediese esta Iglesia, ni de dónde había venido. —- Nótese ahora de que forma vinieron a saberlo: " en el año 1296 la Ssma. Virgen se apareció en sueños a un hombre muy devoto suyo, al cual reveló Ella misma todas estas cosas que el hombre inme- diatamente las divulgó. , Informados los habitantes de la Provincia y queriendo comprobar la verdad, de común 1) Este lugar se encuentra a unos 200 metro dela Estación del ferro- carril; se llamó « Banderuola » porque mientras la Santa Casa estuvo en el bosque, algunos marineros pusieron una bandera sobre un árbol próximo a la Santa Casa, para poder saludarla desde el mar y para que orientara a los peregrinos. Riera construyó un muro sobre el rastro o señal que dejó la Santa Casa, del cual queda aún hoy la parte oriental.