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=$ Entre los peregrinos más ilustres citaremos a Arcolfo, Obispo francés, que fué a Tierra Santa el año 670 y escribe que en Nazaret " hay una Basílica erigida en el mismo lugar donde estaba la Casa en la cual el Arcángel Gabriel visitó a la Bienaventurada María ¡. (Geyer Itin. 274). En el siglo VIII (720-726) tenemos el monje Willi- baldo, que después fué Obhispo de Eichstaitt, el cual nos dejó los recuerdos de su pregrinación a Tierra Santa, y hablando de Nazaret y de la Casita de la Anunciación nos hace saber que a menudo, los cristianos de aquella localidad debían pagar grandes sumas de dinero a los Sa- rracenos que querían destruir aquella preciosa reliquia. (To- bler, Descr. Ter. S. pag. 62). Hemos llegado ya al tiempo de las Cruzadas. ¿ Quién podrá contar el número de peregrinos que fueron a visitar la Tierra Santa después que los Cruzados aseguraron el tránsito ? ¿Quántos habrán ido a Nazaret para besar las paredes y la tierra santificada por la Sagrada Familia ?..... La buena suerte y el privilegio de guardar y defender la Casa de María cupo al valeroso príncipe italiano Tan- credo, a quien Godofredo de Bullón concedió el principado de Tiberíades, en cuya jurisdicción se encontraba Nazaret. El Monje ruso Daniel. Solamente algunos años desde que Jerusalén quedó libre, merced al esfuerzo valeroso de los cruzados, precisa- mente entre 1106 y 1115, el monje ruso Daniel fué en peregrinación a Nazaret a la Casa de María, de la cual nos da una minuciosa descripción. Distingue dos partes en la habitación de la Sagrada Familia: la Casa y la Gruta, que estaban estrechamente unidas entre sí. Según el testimo- nio de este monje, había entonces allí en Nazaret, una Iglesia grande y alta en medio de la población. Entrando a la izquierda, se ve un pequeño altar, delante del cual se desciende a una gruta pequeña pero profunda, que tiene

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