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= 115— personajes que los vaticinaron, y entre estos resaltan con luz purísima los Profetas, los Videntes de Israel. Comenzemos por la Fachada al occidente. Esta mira a la nave mayor de la Basílica. En el centro, abajo está la única ventana de la Santa Casa, y en lo alto, sirviendo de retablo de altar está el cuadro principal, que representa " La Anunciación y. Es obra de Andrés San- sovino, y por la elegancia, viveza y naturalidad de las figuras, por la expresión de la Virgen que admirablemente interpreta la frase evangélica de María en la Anunciación: " Turbata est y — se turbó — es la escultura más her- mosa de toda la decoración: no debe sorprendernos que Vasari la llamase divina. Todo es perfecto, la actitud del Angel con los vestidos que se mueven por efecto del vuelo; el hermoso grupo de ángeles que aparecen entre las nubes y el Eterno Padre precedido del Espíritu Santo. Muy típico, incluso el pequeño gato que, de un extremo, con curiosidad, pero con un poco de timidez mira la imprevista escena. A los lados de la ventana, bajo el cuadro principal, están esculpidas la Visita a Sta. Isabel, de Rafael de Montelupo; a la izquierda, S. José y la Virgen, cuando van al empadronamiento, de Francisco Sangallo. En el nicho de lo alto, a la derecha, la Sivila Délfica " Concebido en el seno virginal, se mostrará dejando incon- taminada la madre ¡. Es obra de los hermanos Della Porta. Debajo el Profeta Ezequiel : " Suscitaré mi Pastor ,, de Jerónimo Lombardo. A la izquierda, en lo alto, la Sibila Líbica Elisa : " Tú, oh Príncipe, oh Rey, eterno por el tiempo, que re- clinas tus miembros en el seno de la Reina del mundo ,. Debajo, el Profeta Jeremías: " Creó el Señor cosa admi- rable en la tierra; una mujer concebirá al Hombre ,, pertenece a Aurelio Lombardo y es la estatua más hermosa de cuantas adornan las paredes exteriores de la Santa Casa.