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SIT De loque no es ni Liberalismo ni pecado- D.—Voy á presentar á V. para su solución algunas dudas que sobre el Liberalismo se me ofrecen. Yo soy católico y, como tal, condeno el Li- beralismo, respondiendo con mi voz á la voz de la Iglesia que es mi madre y lo ha conde- nado tambien. Pero confieso á V. que me en- tusiasmo con todo lo que significa progreso científico y adelantos modernos. Las nacio- nes estacionadas en el camino de la civiliza- ción me parecen indignas del siglo en que viven. La humanidad en marcha por las vías del progreso, sin volver un paso atrás, y ata- viándose con las galas de la creación, como con trofeos de sus victorias, constituye para mí un espectáculo admirable, que lo aplaudo con ambas manos. ¿Es esto Liberalismo? M.—De ningún modo. No solamente no es Liberalismo, sino que no es pecado; no solo no es pecado, sino que es una perfección, como es una perfección la del ave, que, na- cida para volar, extiende sus alas y, rompien-- do el aire, se eleva á las alturas. D.—Luego la Iglesia al condenar el Libe- ralismo ¿no ha condenado el progreso, el avance de la civilización, el movimiento cien- 1581 UN He 14 S Ññi dy Af AT

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