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e que hace llegar hasta los gusanillos de la tierra el manto protector de su amorosa Pro- videncia. Si por medio de leyes fijas é inva- riables va guíando las fuentes hacia los ríos, los ríos hacia la mar y los mundos por el es- pacio, ¿iba á dejar Diosexpuestos á vivir per- petuamente en las tinieblas del error á esos centenares de millones de hijos suyos que, como las palomas de paso, si se han juntado en bandadas ha sido por atravesar más facil- mente el mar de la vida y llegar salvos á las regiones puras y brillantes de la inmortali- dad? Ciertamente que en justicia nada debe Dios ni á los individuos ni á las naciones, y los errores morales que unos y otras padecen siempre reconocen como origen una corrup- ción voluntaria del corazón, pero, por fortu- na para el género humano, Dis, al gober- narlo, con más frecuencia que las leyes de su justicia rigurosa, consulta las leyes de su in- finita misericordia. Obra magnífica de esamisericordia infinita, hay en el medio del mundo una institución que lleva diez y nueve siglos de existencia, y esos diez y nueve siglos son para ella un pe- queño episodio de su vida. Institución robus- ta porque la sostiene el que sostiene el pla- neta en sus manos, institución brillante por- que es una creación del que llenó de lámpa-