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LO > AE admitir lo primero porque, aparte lo impío de esa proposición, es de esencia de la ley el que obligue su observancia á los ciudadanos, y las leyes injustas no obligan; al contrario es una Obligación el quebrantarlas. Tendria- mos pues un Derecho absurdo, un Derecho formado de leyes que todo ciudadano estaba obligado en conciencia á infringir. Es nece- sario, pués, quedarse con el segundo miem- bro del dilema, afirmando que el Derecho de- be componerse de leyes conformes á los dic- tados de la justidia. Ahora bien ¿es la voluntad del pueblo re- gla suprema de las leyes independiente de todo otro Derecho divino y humano? No; porque para esto se necesitarían dos cosas 1.* que el pueblo fuese infalible, 2.? que el pueblo fuese impecable. Sería n+-cesario que fuese infalible para que no existiese la posi- bilidad de que se desvíase de la verdad mo- ral. Sería necesario que fuese impecable para que quisiese siempre é infaliblemente que esa verdad moral, claramente percibida, se con- virtiese en ley ¿Hay alguna razón filosófica ó histórica para afirmar que el pueblo, las ma- sas sean infalibles é impecables? No; niel or- den científico, ni en el orden teológico ni mucho menos en el orden moral es infalible ese pueblo cuya vergonzosa historia intelec- tual tenemos todos á la vista. El suicidio, el duelo, la fornicación, la esclavitud, la ven- ganza, ejercida sobre los vencidos la prosti- tución, la opresión del sexo debil; he ahí una porción de errores comunes en la antiguedad y que constituían la base de la legislación en La Cc et AA A is ANO RAI e ride, cuca loros tan Er lider

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