BCCPAM000R08-5-41000000000000

ad tomada en abstracto es verdadera; y así, si fuese eeloicanes te posible el que Dios créara un entendimiento separado por com- pleto de toda naturaleza, ese entendimiento, viviendo ast, jamás pecar ía, Sería simple- mente un recl ) de las ideas. Es más; si el entendimiento del hombre pudiera -po- nerse en contacto con la verdad sin recibir para ello el menor influjo de la voluntad, tam- poco entonces ; habría pecados de inteligen- cia En ambos casos el entendimiento sería para la verdad lo que un pe Ó una cáma- ra obscura para los rayos del sol; los reciben y nada más. Pero ninguna de esas dos su- posicioness puede realizarse; la primera en- vuelve repugnancia metafísica, la segunda si- cológica. El hombre se halla, pues, constituido de tal manera que no puede pensar, discurrir, afirmar, ni negar nada sin que a esos actos influya de un modo ó de otro la voluntad, y es claro que desde que entra en ejercicio: la voluntad comienza el orden moral. Sí, pues, obedeciendo al impulso recibido de esa po- tencia mi entendimiento se adhiere al error, ha pecado; si el error versa acerca de las ciencias naturales que ni de cerca ni de lejos se rozan con el orden religioso Ó conel orden moral, por ejemplo, si afirma que la línea más corta entre dos puntos es la curva, que el ángulo recto vale treinta grados, que Atila vivió en el siglo iaa ó que el Himalaya es una gnontaña de América, habrá incurrido en cieito desorden natural; pero si niega la existencia del infierno, la Inmaculada Con-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz