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— 249 — seis al pueblo en peligro próximo de que él también la abandonase? - o * Vuestra evolución tiene tanto de inexpli- cable como de pecaminosa. ¡Ah! si no fuese a proverbial vuestra insensibilidad á todas as enseñanzas, vengan de los libros ó de las catástrofes; si no supiese de antemano que han pasado ya por vuestros espíritus, sin ha- cer mella ninguna en ellos, voces elocuentisi- mas de oradores ilustres, voces autorizadisi- mas de Prelados santos y sabios y la misma palabra de la Iglesia Católica que, suficiente para derribar la omnipotencia del mundo pa- gano, y levantar sobre sus ruinas la civiliza- ción cristiana, se ha detenido impotente ante vuestra incomprensible pertinacia; si no su- piese todo esto, elevaría mi voz en este mo- mento y dirigiéndome á vosotros os diría: «¡Deteneos en vuestro camino! ¡Ese camino conduce á la Revolución! ¡Deteneos! volved “ alalcazar de la Iglesia, tabernáculo brillante iluminado por la verdad que salva á los indi- viduos y á las naciones: Volved, que os espe- ra una madre á la cual, si habeis clavade en la cruz, no habeis conseguido con eso otra cosa sino el que tenga sus brazos más abier- tos para tenderlos hacia vosotros, y un ejér- clto de católicos dispuesto á olvidar en un instante cien años de sufrimientos y amar- guras. Volved, y unidos todos salgamos al encuentro de la Revolución colocando la