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e y a ral está condenada á ver siempre delante de sí el espectro de la pobreza; y si sus espe- ciales condiciones agrícolas, industriales óÓ mercantiles favorecen su desarrollo material, por lo menos es evidente que con la llegada del Liberalismo debe empeorar inmediata y notablemente su situación; mientras el Libe- ralismo se consolida, porque tiene que pa- gar su consolidación, y cuando ha adquirido completo robustecimiento, porque entonces aparece el ejército revolucionario de tea y dinamita á trastornar la propiedad y llenar el mundo de escombros y ruinas. ¿Han progresado en el orden social? La profunda llaga del Pauperismo que millares de sistemas de sociologia son impotentes pa- ra curar, llaga desconocida hasta que la li- bertad liberal se apoderó del cetro del mun- do; la alarmante relajación de los vínculos conyugales debida á vuestras leyes de di- vorcio y matrimonio civil, el número espan- toso y creciente de suicidios, el estado vio- lento de relaciones entre patronos y obreros, manifestado en esas huelgas imponentes y continuadas, como cadena prolongada de montañas donde se fraguan tempestades sin cesar, los delirios del Socialismo acampado ya con sus banderas flotantes á las mismas puertas de vuestras poblaciones, aguardando la hora de la invasión, y la aparición de ese fantasma terrible que se ha dejado ver en el