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> carnecerlos delante de un pueblo católico numerosisimo, acostumbrado á venerarlos de rodillas en el templo de Dios. Las libertades de perdición, brazos de mar contenidos du- rante tantos siglos por la fuerza de una ins- titución divina é inmortal, se desbordaban por toda la tierra, y la Iglesia Católica se vió obligada á presenciar cómo los pueblos cris- tianos eran colocados por la omnipotencia brutal del Estado en un ambiente de irreligión, donde su fé debía casi necesariamente pere- cer por asfixia, causándole ese incalificable atropello y separación dolorosa una impre- sión parecida á la que sentiría nna madre al ver á toda su familia conducida al patibulo. Aquella intensísima aspiración que vo30- tros os empeñais en calificar de noble y pro- gresista tuvo pues completa realización. El Liberalismo triunfó; gracias á ese sistema po- lítico, cien años ha que gozan los pueblos de la libertad de mover sus tiendas de campaña, abandonar el campo de la verdad y sentar sus reales bajo un cielo donde todas las lám- paras de la creación están apagadas. ¿Podríais decirme ahora cuál ha sido el resultado? Haced caso omiso en esta cues- tión de su aspecto religioso, que es en reali- dad el más grave, y decidme bajo el reinado dela libertad liberal ¿han progresado los pueblos? Y si han progresado ¿cómo y en qué?