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== 2 las leyes pertenece á la esencia de la libertad que Y. ha definido hace poco? M.—No señor, porque la libertad es una gran perfección del hombre y el poder pecar es una imerfección, porque la libertad es una cosa util y la facultad de separarse de Dios es una gran desgracia. Podemos, pues, decir que, así como la enfermedad, signo de vi- da, es sin embargo falta de salud, así la li- bertad de quebrantar la ley, signo de la liber- tad verdadera, es no obstante un defecto de la misma. Ese defecto de la libertad en el hombre procede sin duda de la cortedad de su entendimiento que toma por bienes reales bienes aparentes, y de la flaqueza de su vo- luntad que se lanza tras ellos para satisfacer una pasión. Por eso, no existe en Dios que, viéndose á Sí mísmo, ve la realidad de todas jas cosas, ni en los Angeles y Santos del cie- lo que, además de percibir exactamente las ideas del bien y del mal iluminadas con los torrentes de luz que parten de la Divinidad, están abrazados con esa misma Divinidad donde hallan toda clase de bienes sin mezcla de mal alguno. Por aquí verá V. que la facultad de que- brantar la ley es una verdadera manifestación enfermiza de la naturaleza humana y que se- ría para el hombre inmensa felicidad el care- cer de ella. La diferencia que hay pués entre la verdadera libertad y la licencia es enorme. La primera es obra de Dios, la segunda un de- fecto del hombre; la primera edifica, la segun- da destruye; la primera brilla como el sol que da la vida al arbol gigante, la segunda brilla

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