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— 213 — fundamentales de la existencia, la unidad y la providencia de Dios; elementos que ayu- dan á conservar el orden material en la so- ciedad, y que podrán llegar á ser algún día el rincipio de su conversión á la verdad cató- lica. Lutero, que es, intelectualmente conside- rado, el tipo más parecido á un liberal, pro- clamó el Racionalismo en el orden puramen- te religioso; pero dejó en manos del hombre la Biblia, ese libro sagrado en el cual se en- cuentran muchas verdades morales, sociales y religiosas tan clara y evidentemente, que ningún protestante, por racionalista que sea, podrá negar, á no ser que reniegue antes del sentido común. No habíamos visto en la historia ningún hereje ni impío, que tuviese la suficiente' as- tucia y el suficiente valor para inventar y pro- pagar una negación que encerrase todas las negaciones, una herejía que contuviese todas las herejías, una palábra ante la cual se esfu- mase como por encanto y se redujese á la nada todo el tesoro de verdades que consti- tuye el rico patrimonio de la humanidad. Este atrevimiento inaudito, el mayor de- sorden intelectual que puede concebir el en- tendimiento humano, han tenido los liberales, proclamando la independencia Ó autonomía de la razón humana en el orden moral y en el orden político. + + «La razón del hombre es independiente» Examine V. tranquilamente ese principio, in-