BCCPAM000R08-5-41000000000000

mueve con paso más lento. Una familia se corrompe-Ó se perfecciona con más rapidez que una ciudad, una ciudad antes que una provincia y una provincia antes que una na- ción. Las naciones caminan despacio, lo mis- mo cuando van subiendo á la cumbre de su perfección moral, que cuando van descen- diendo al abismo de su degradación. La his- toria está conforme con esta afirmación, y, si algún día lee V. lo contrario en algún escri- tor, tenga V. por cierto que se halla allí sacri- ficada la vérdad ála hermosura de alguna metáfora. Las naciones suelen correr más cuando bajan, pero no van de prisa nunca. En las revoluciones sociales, religiosas y has- ta políticas, lo único que suele haber de rápi- do é instantáneo es la explosión; todo lo de- más es preparado con lentitud; y este princi- pio tiene la mayor exactitud tratándose del avance, retroceso ó desaparición de la ver- dad católica. La idea religiosa es connatural al hombre, que por instinto conoce que ha nacido para la eternidad. En el presente estado de cosas idea religiosa es lo mismo que idea católica. Cuando llega esta á penetrar en el fondo del alma humana, se realiza entre ambas un des- posorio tan íntimo, que, para disolverlo, es necesaria una potencia mayor que la que se necesita para derribar las ciudades mejor for- tificadas. El alma se ha encontrado con la verdad, aunque sea oculta con un velo, y permanece unida á ella con una fuerza casi irresistible. Además la idea religiosa se liga en el cató-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz