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= e == ca calificar los manjares, sino al médico aquí el médico que es la Santa Iglesia ha ca- lificado esa lectura de sumamente perniciosa para las almas. Debe V., pues, creer y obede- cer á la Iglesia con la misma fé ciega con que creería V. y obedecería V. al facultativo, si le prohibiese cierta clase de manjares, que él en su ciencia conoce le son á V. perjudiciales. Y aún deben ser aquí la fé y la obediencia mucho mayores, porque se trata de un médi- co infalibie. Los periódicos liberales convier- ten casi siempre en liberales á sus lectores y siempre sin ninguna excepción. los hacen in- diferentes y frios para las prácticas religiosas. Y no diga V. que los lee por el folletín, porque aparte de que no es lícito cooperar al triunfo del Liberalismo por satisfacer un gus- to literario, el folletín de un periódico liberal suele ser, por sus tendencias irreligiosas ó sensualistas, un peligro para la fé Ó para la castidad. Ni añada V. que la suscripción es ya en su casa tradicional, porque el hombre debe rom- per las tradiciones opuestas á la moral, como un esclavo rompe las cadenas que le opri- men y degradan. Ni diga V. que los lee por las noticias, por- que, sabiendo los liberales que hay muchos católicos qu2 se suscriben á sus periódicos nada más que por las noticias, en ellas sumi- nistran á sus lectores el veneno que antes inoculaban solamente en el artículo de fondo. Ni añada V. que los lee por la literatura, porque los periódicos católicos se escriben con tan buena literatura como los liberales, y