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XXI CONSEJOS Á UN CATÓLICO D.—Enterado de las principales cuestiones que sobre el Liberalismo pueden plantearse y de su solución, deseo ahora me dé V. en pocas palabras ciertas reglas de conducta pa- ra evitar el ser arrastrado por esa corriente tempestuosa de la herejía liberal. Son tantas las defecciones y apostasías de las cuales he sido testigo en personas aparentemente fir- mes en la fé de Sus padres, que tiemb:o yo por la mia, y deseo hallar una fórmula que me sirva de poderoso desinfectante contra esta atmósfera inficionada que por necesidad se ve uno obligado á respirar. M.—Yo se la daré á V. con mucho gusto, dividida en unos cuantos consejos que hará V. bien en observar. Dos son las obligaciones de un católico en lo que se refiere al Liberalismo: 1.? Tomar las precauciones necesarias para librarse de él conservando integra y pura su fé: 2.* Uti- lizar todos los medios que le ofrece la legis- lación del país, para defender la fé de sus hermanos. A la primera podríamos llamar obligación de orden privado; á la segunda obligación de órden público. Ambas proce-