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— 153 — veces opiniones á los dogmas católicos y dogmas álas afirmaciones racionalistas; Ó quizá, sin salir de su gabinete de estudio, se enfrasca en la lectura de libros escritos en pueblos y para pueblos distintos del suyo; y en esas excursiones materiales ó intelectua- les adquiere, sin” él sentirlo, un espíritu de tolerancia, que es tal vez un crimen en su propia nación, y quizá una cosa lícita en las naciones que él ha estudiado Ó recorrido; y, saliendo de su gabinete ó volviendo á su pa- tria, y oyendo hablar ¿:á aigún conciudadano sobre represión de herejes, sobre amordazar la prensa, sobre el prohibir los cultos no ca- tólicos ó castigar la blasfemia, sonríe compa- sivamente é interrumpe á su interlocutor, di- ciendo, «¡Qué aberración! ¡eso no es posible ya, amigo mío! ¿Ha vivido V. en Alemania? ¿Ha estado V. en Bélgica? ¿Ha visitado us- ted Inglaterra? ¿Ha recorrido V. América? O ¿ha estudiado V. por lo menos la historia re- ligiosa de estos paises? Hay que ver el mun- do, amigo mío, para juzgar después de él. La tésis que defendieron nuestros padres y uste- des¡defienden es un ideal grandioso; pero hoy hay que vivir de otro modo con los enemi- gos de la Religión Católica. Embárquese us- ted y lo verá». ¡Lamentable equivocación! No; no es nece- sario pasar la frontera, ni atravesar el Atlán- tico, ni acudir á otros libros que los de la propia nacion para saber en qué relaciones se eneuentra esta con la Religión de Jesucris- to. ¿Cuál es el genio de la raza? ¿Cuál su his- toria religiosa y política? ¿Cuál ha sido siem-