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— 149 — lectuales y aún materiales del mundo! ¡Graví- sima es la cuenta queíhan de dar á Dios de su modo de proceder! ¡Todos los trastornos religiosos y sociales, y hasta políticos y eco- nómicos, que reconocen como origen ese gran pecado pesan sobre sus conciencias! D,—Realmente, yo, como V., siempre he te- nido á esos hombres como los grandes cul- pables de la época. Pero ha dicho V. que han obrado así con la protesta del Papa y de los Obispos. ¿Es que pertenece á la Iglesia el juzgar sobre la oportunidad Ó necesidad de la ley de la tolerancia? M.—Si, señor; la tolerancia de los cultos falsos y de las libertades de perdición, y en general de toda manifestación pública con- trraia á la Religión Católica, es materia reli- giosa y moral, y cae, por consiguiente, dentro de la jurisdicción de la Iglesia, que es la úni- ca maestra en moral y en religión. A ella toca, pues, el decir á los Gobiernos de naciones católicas qué es lo que han de conceder á los disidentes y qué es lo que les han de negar, cuándo se encuentra la nación en estado de tésis y cuándo en estado de hipótesis, y á los legisladores de la nación el conformarse en toda su labor legislativa con esa declaración si quieren cumplir con lo que deben á Dios, á la Iglesia y al pueblo. En cuanto á los particulares, declarada la nación en estado de tésis, deben someterse

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