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hard > abismos de la barbarie. ¿Romperá el Jefe de Estado con todas las religiones, dejando el campo libre á esas escuelas que no tienen ninguna, como el Materialismo, el Socialismo, el Masonismo, el Anarquismo, etc.? Imposi- ble; porque las escuelas forman á las nacio- nés á su imag n y semejanza. ¿Admitimos el Materialismo? Pues tendremos una nación materialista, embrutecida, sin energia de vo- luntad para lanzarse tras ningún noble ideal. ¿Favoreceremos al Socialismo? Pues nos en- contraremos con todos los inconvenientes de la escuela anterior, y además la lucha colo- sal y sangrienta entre ricos y pobres con to- das las convulsiones á que esto puede dar lugar. ¿Propagaremos el Masonismo? Exten- der las ideas diabólicas de esa secta es rom- per el dique á todas las pasiones y colocar además una mina debajo del altar y otra de- bajo del trono. ¿Optaremos por el Anarquis- mo? Eso equivaldría á tomar un veneno acti- vo, vendarnos los ojos y arrojarnos á un abismo Anarquía y sociedad son dos térmi- nos contradictorios. Luego si todas las religiones falsas y todas las escuelas “mpías son inmorales, y sin mo- ralidad no hay felicidad, síguese, que viola el Jefe del Estado el compromiso adquirido de procurar hacer feliz á la nación, cuando per- mite que lluevan sobre ella doctrinas que, por ser contrarias al orden moral, no pueden ha- cer felices á los hombres que, si se han jun- tado en sociedad, ha sido precisamente para alcanzar esa felicidad. D.—Verdad es cuanto V. dice; pero para