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— 137— sas que hay en el mundo, y vea V. cuál de ellas puede ser admitida en sociedad, sin que queden inmediatamente comprometidos, no solamente su civilización, sirio también el or- den público. ¿Abrirá V. la puerta al Protestantismo con sus sectas innumerables? Todas ellas tienen por base de su religión el libre examen, y ya es sabido que el libre examen, ejercitado en el recinto de la imprenta ó de la cátedra, lo mismo en religión que en filosofía, repercute inmediatamente en la superficie del mundo en forma de espantosas tempestades sociales. ¿Pactará V. con la religión de los judíos? los ¡judios son enemigos irreconciliables del nom- bre cristiano. Su religión que ya no es la de Moisés, sino otra que ellos han fabricado en el odio de sus corazones, autoriza el robo, el asesinato y todos los crímenes, con tal que crean que les sirven de escala para derribar la Cruz. ¿Elamará V. á cualquiera de esas re- tigiones estacionarias y como petrificadas de * la India ó de la China? Esas religiones son un eonjunto de dogmas groseros. La de la India es el Panteismo puro, donde desapare- ce el hombre con su responsabilidad y su li- bertad. La de la China censagra el despotis- mo más feroz con todos los contrarios á ella, y ambas producen en las costumbres una in- coneebible degradación, como se puede ver leyendo la historia de esos dos pueblos. ¿Ad- mitirá V. el culto musulman? Esa religión tie- ne por cimientos la devastación y la sensua- lidad, é inoculadas esas dos ideas en la so- ciedad, la sumergirían inmediatamente en los