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— 99 — Iglesia? ¿Qué dice ella ante esos dos gritos que resuenan hoy en el mundo? M.—Contestando á esas preguntas digo, que ei primero de esos gritos los ha dado la Iglesia más fuerte que nadie; y no solo eso, sino que al grito ha unido su acción eficaci- sima, y los tronos de los tiranos han caido al suelo, como cae el roble secular, que tiem- bla con el trueno y se hace astillas con el ra- yo. En cuanto al segundo, la Igiesia al oirlo se calla y no dice nada, porque esa es una cuestión que se plantea y se resuelve fuera del círculo de su acción espiritual. Vamos por partes. La tiranía no es otra cosa que el abuso de la autoridad con detrimento de los derechos del súbdito. Es pues un atentado contra la dignidad humana, y nada más razonable que el que se proteste contra ella, pues ni el so- berano está tan alto que no tenga deberes que cumplir, ni el súbdito tan bajo que no tenga derechos que vindicar. Es más. Exami- nada detenidamente la cuestión, se observa que existe en el soberano mayor cantidad de deberes que en el súbdito.. La inteligencia, la voluntad, la imaginación y la actividad de un jefe de Estado, si ha de ser bueno, han de estar consagradas casi por completo al ser- vicio de sus vasallos, lo cual, como se vé,

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