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ORDINARIO DE LA MISA 1 Benedicite, Pater rende R Ab illo benedicaris, in cujus honore cremabe- ris. Amen reve- Bendice, Padre, este in- cienso. R. Bendígate Aquél en cuyo honor vas a ser que- mado. Amén. El incienso representa el holocausto, la oración y el buen olor de las virtudes. La Iglesia empezó a usarlo desde los primeros siglos. IxTROITUS (To0b., 12). Banepicra sit Sancta Tri: nitas etindividua Uni- tas: confitebimur ei, quia fecit nobiscum misericor- diam suam. Ps.-8. Dowmi- ne, Dominus noster, quam admirabile est nomen tuum in universa terra. Gloria Patri, etc. Benedicta sit... (Repeti- tur). InTrRo1TO (TOoP., cap. 12). ENDITA sea la Santísima Trinidad, y la indivisi- ble Unidad: glorifiquémos- la, porque ha hecho brillar en nosotros su misericor- dia. Sal. 8. ¡Señor, sobera- no dueño nuestro! ¡Cuán admirable es tu santo nom- bre en toda la tierra! Gloria al Padre, etc. Bendita sea... (Se repite) SEGUNDA PARTE DE LA MISA La segunda parte se llamaba antiguamente Misa de los catecúme- nos, y nada hay en ella que se relacione directamente con la Euca- ristía. El sacerdote y el pueblo se preparan a ofrecer el Santo Sa- crificio con piadosas instrucciones, súplicas y alabanzas a Dios. Concluído el Introito, dice alternando con los ministros ante el libro, si es misa cantada, y en medio del altar, si es rezada: Kyrie, eleison (tres ve- ces). Christe, eleison (tres ve- Ces). Kyrie, eleison (tres ve ces). Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nOSOtros. A continuación se dice el siguiente cántico, que se omite en las Misas de difuntos y en los días en que el color es morado. El Gloria, cuyas primeras palabras entonaron los ángeles para anunciar al mundo el nacimiento del Hijo de Dios, es un himno en honor de la Santísima Trinidad, en el que principalmente se celebra el misterio de la Encarnación.