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AMPLIFICADORES DE LAS PERCEPCIONES 181 cillez y fácil manejo, parece ser el de G. Brañas, que consiste en un micrófono formado por dos piece- citas de platino. Con él se llegan a oir las señales en toda una habitación, sin necesidad de aplicar al oído los receptores. Puede, además, adaptarse a un receptor Morse por medio de un conmutador, habiendo podido su inventor escribir por este medio en Madrid señales de varias estaciones a una dis- tancia de más de 1000 Km., con una antena de sólo 30 m. de desarrollo. El P. Alard aplica al teléfono receptor un micró- fono, el cual forma parte de un circuito distinto del del detector, con sus pilas y otro teléfono, que se aplica al oído. Aun pueden montarse del mismo modo otros micrófonos con sus pilas y teléfono, hasta tres o cuatro. Su autor ha obtenido excelentes resultados a una distancia de unos 300 Km. de París, para las señales de la torre Eiffel. El P. Tauleigne emplea un detector electrolítico de su invención, un relevador polarizado y un Morse especial, logrando escribir las señales radiotelegrá- ficas de París a más de 800 Km. de distancia. El Morse que emplea puede regularse a fin de recibir a velocidades distintas. Roussel emplea, para recibir las señales por medio de un receptor Morse, el amplificador del P. Alard. Con la membrana del teléfono, cuyas vi- braciones producirán otros tantos puntos en la cinta, se pone en contacto una palanca ligerísima, que