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A A LAN AA A A 170 TELEGRAFÍA tierra. Para el teléfono, una de las tomas se hace del mismo punto que para la tierra, y la otra de la antena, antes de su llegada al detector. En el detector del señor Espinosa la regulación es parecida a la del de Thilbaut; los puntos sensibles son muy fijos y no se alteran ni aun por fuertes des- cargas atmosféricas. Detector termoeléctrico. — Si sobre una super- ficie metálica pulimentada ponemos una punta de metal, en el punto de contacto, a causa del calor des- arrollado por las vibraciones eléctricas que se reci- ben, se engendra una fuerza electromotriz de sen- tido constante, capaz de accionar un teléfono. Los metales empleados deben estar muy alejados en la escala termoeléctrica. M. L. Austin ha encontrado, tras numerosas investigaciones, que el aluminio es el metal común que da mejores resultados. Pone en contacto, que se puede graduar, una gota de teluro con una punta de aluminio. Pickard ha utilizado el silicio y el cobre en la construcción de esta clase de detectores. Se emplean también el carborúndum, la pirita de hierro, la galena, la psilomelana, etc., so- bre las que se apoyan ligeramente una punta de lápiz, un alambre de cobre afilado, etc., en la misma forma que para los detectores de cristal. Con el car- borúndum es necesario, en la mayor parte de los casos, disponer una pila como si se tratara de un detector electrolítico.

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