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134 RECEPCIÓN DE SEÑALES En general no es posible emplear una antena cuyo período sea igual al de las ondas; sería nece- sario un hilo de unos 500 m., y para elevarlo a sufi- ciente altura habría que valerse de una cometa, lo cual no sería factible sino cuando el viento soplara con cierta fuerza. No se podría, por tanto, recibir de un modo continuo. Por otra parte, es necesario observar que el pro- blema de la antena es muy diferente para el caso de la recepción y para el de la transmisión. En efecto, para este último, se debe resolver de modo que se irradie en el espacio la mayor parte posible de la energía empleada por la estación, mientras que para la recepción, convendrá recoger la mayor parte po- sible de la energía que llega al local de que se dis- pone. La sensibilidad de los detectores y la de los montajes empleados facilita mucho esta tarea. Antenas exteriores. —Se empezará por elegir el emplazamiento, la forma y la altura de la antena. El emplazamiento deberá ser tal que la energía transmitida no sea debilitada por la presencia de cuerpos conductores próximos, que funcionan como antenas naturales y absorben, por consiguiente, una parte de la energía que llega a la estación. Se evi- tará cuanto sea posible colocar la antena detrás de una cortina de árboles, un macizo, etc., que se halle situado entre la estación emisora y ella. Se procurará que llegue lo más alto posible para dis-

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