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AÑ un relieve y una nitidez mucho más límpidos, la origi- nal figura del santo de Tolosa. No faltó tampoco quien, refiriéndose a nuestra pri- mera edición, escribiera a nuestros Superiores: «Una vez comenzada su lectura es imposible abandonarla y ¡cosa notable! por cualquier página que se abra el libro, está uno seguro de encontrar materia abun- dante y rica en interés y edificación, que mantiene subyugada de un modo irresistible la atención del lector.» «La hemos encontrado tan interesante—dice L'ami du Clergé—que bien merece hagamos de ella un estu- dio particular.» Y la docta Revista le consagra nada menos que nueve columnas, las primeras de su número correspondiente al 3 de diciembre de 1908 Esperamos que tan benévolas apreciaciones han de volver a repetirse con más verdad en la presente com- pendiada edición, y que el perfume de edificación que exhalan sus ya aligeradas páginas, podrá dilatarse por más extensos horizontes y llegar a ser conocida por mayor número de lectores. La dedicamos en primer lugar a los jóvenes de nuestros Colegios y Seminarios. Sus numerosas anéc- dotas, tan geniales y pintorescas, distraerán suave y satitalucuie su espiritu, umenaoles cada vez mas al héroe cuyas audacias y triunfos no podrán menos de admirar y aplaudir. «Vuestro libro—nos escribía un Profesor del Estado—rico y lleno de interés, no cede en nada, desde este punto de vista, a los romances más sensacionales. Sí; esas correrías apostólicas, esas conversiones que más parecen golpes de teatro que impulsos de la gracia, esas controversias, esas luchas,