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Cuantas veces, pensando en su desdicha, le oyeron pronunciar estas palabras: “Catorce años de vida... catorce años de estorbo para casa...” Y el llanto de los ojos secaba con la ropa de la cama. Il Mañana del primero de diciembre. .. espléndida mañana... aquel día cumplía la tullida los quince años, que ansiaba. En un sillón de ruedas, guiado por la hermana, la vieron los vecinos camino de Pompeya que marchaba. Mientras iban, la enferma hablaba de este modo con la hermana: 112