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-“Ayes de mi sauce — les dice el anciano,— benditas de Dios.” Luego les arroja un puñado de grano y habla con la Virgen de su devoción. “Virgen de Pompeya, cifra de bellezas, suma de candor, vino de alegrías, opio de tristezas, vaso de ternuras, ánfora de amor; “Yo tengo un secreto muy grave guardado en el corazón. ¡Ay! no se lo digas, si se halla a tu lado, a la que conmigo su amor compartió. “Desde que los ojos, en la tarde aquella... de tu cara vi, S te amé con un ansia más grande que a ella; desde aquella tarde pienso siempre en ti. 94