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44 Al otro día, después de celebrar, tratamos con el se– ñor Gasea y el representante de la casa Gutiérrez de seguir nuestro viaje en la canoa que nos ofreció don Eloy. Dejamos á un indio enfermo y á otro que envia– mos en comisión á Hericunti. Arreglamos la nueva ca– noa con mejor y más cómodo rancho, y dejamos nuestra Pasto7•a, lJfa,;•ia, la que vendió el P. Collins en veinte -pesos. Algunos indios de Jarumano salieron de las cauche– ras, y el gobernador vino á Tres-Esquinas con unos guaguas á quienes bauticé. Dos indios tamas de unos veinte años de edad qui– sieron bautizarse, y al efecto los instruí por intérprete. Cuando juzgué se habían enterado de lo esencial, los bauticé dejándolos con D. Aurelio Gasea, á quien en– cargué continuase instru.yéndolos. Los nombres de es– tos indios en su tribu eran ': Maguequi, que quiere decir colorado, y Humuguage, que significa mochillero. En esta misma casa bendije ei matrimonio de nuestro céle– bre Cllichico, indio correguage. El padrino me suplicó les dijese algo, y al momento comencé á exhortarlos acerca los deberes de los casados. Chichino me escu– chaba atento con la vista en el suelo; la india no en– tendía palabra, pero estaba con mucha atención. La novia se presentó con un vestido de mil colores, y tan presto como se separó de nosotros se·lo quitó para co– ger la palanca y conducir la canoa . El día 27 después de celebrar nos pusimos en mar– cha. Venían cuatro bogas y el gobernador de Jeruma– no, que es correguage : los cinco bogaban en nuestra canoa, y el negrito solo llevaba la canoíta pequeña. L a subida del Caquetá es _más fácil desde Tres-Es– quinas, porque el 1io trae menos aguas, por faltarles las del Orteguasa.. Santa María, Mecaya y Sencella, todos cuatro navegables por algunos días .

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