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37 meró en cuidamos bien, proporcionándonos cena y lu– gar competente para descansar. Al otro día, después de celebrar, proseguimos el via– je. En el río encontramos dos canoas: nos paramos hora y media en la playa de una isla, en donde dispararon el P. Collins y un indio cinco tiros sin lograr cazar nada. Nos servimos de los pedazos de una canoa rota que en– contramos en aquella playa para hacer asientos en la nuestra y labrar un canalete. Por la tarde llegamos á la desembocadura del río Sencella, y nos aposentamos en la única casita que encontramos desde Mecaya: en ella saludamos á unos caucheros. E l 17, festividad de las llagas de nuestro Seráfico Padre San Francisco, guardamos fiesta, aunque estu– vimos todo el día muy ocupados, combatiendo moscos que á porfía nos chupaban la sangre, relevándose unos á otros, y siempre en gran número. También su– frimos la aguda comezón de las niguas (1), y gracias á la habilidad de una india, nos desprendimos el P . Collins de nueve y yo de ocho: este día sufriinos muchísimo. TL1ve una conferencia con los bogas, tamas y corre– guages, sentados todos en el suelo: les puse una meda– lla al cuello, y salieron contentísimos. Por la tarde bau– ticé una india guaque de unos cuarenta y cinco años de edad y un huitoto de veinticinco. Son los gnaques una tribu muy numerosa que habita en la g.111.rgen derecha del Caquetá, desde la Chorrera hasta el río Vapues; y los huitotos, otra tribu también numerosa, extiéndese hasta el Putumayo. Ambas tri– bus se hacfa,n cruel guerra los años anteriores, siendo la g·uaque la primera en acometer. (1) Nigua es una especie de insecto, de media linea de largo, muy parecido á la pulga.
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