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27 á las almas del purgatorio. Acostumbran también pin– tarse, y siguen las costumbres ele los indios mocoanos. 'l'rabajan sus chagras, en las que cosechan bnen pláta– no, abtrndante yuca de buena calidad, alguas frutas y excelente arroz; pero de este artículo siembran poco. Saben lavar oro en las playas ele los ríos, mas temiendo que otros vayan á explotar sus minas, dicen con toda. formalidad que nunca han oído que las hubiera en su país. En Limón hay terreno y campo de siembra suficien– te para una población cincuenta veces mayor que la que hoy tiene, Los días 30 y 31 bauticé algunos niños y bendije uniones matrimoniales. El día 31 de Agosto mientras el P. Collins sentado en el banco de guadua, ó eu su purgatorio, como él lo llamaba, fué al monte con el negrito y unos veinticinco indios·, nos dedicamos á construir la canoa. Los inilios con la presencia y ejemplo del sacerdote tal prisa se dieron, que el mismo día por la tarde se plldo botar al agua. Sin temor á la rápida corriente del Ca– qnetá entré en la canoa, y en compañía del negrito y cuatro indios nos dirigimos al puerto, celebrando el ac– to con aclamaciones y salvas, que fueron contestadas por el P. Collins. Este dia señaló el termómetro 32 centígrados á la sombra. Todos los días quemábamos comején para ahuyentar los moscos, sobrellevando nosotros la molestia no pe– queña del humo para librarnos ele aquellos bichos, que en Lim6n abundan mucho.

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