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24 El día 16 fuímos convidados á comer eu casa del se– ñor Quinteros, en compañía del señor prefecto, sirvién– donos una espléndida comida. AJ obscurecer llegaron los gobernadores de Limón y Guines, y aprovechamos su visita para estudiar á los indios de estos dos pueblos, y admirar sn sumisión á la Autoridad y su respeto á los sacerdotes. E l 17, como los otros días de la Misión, les prediqué, explicando el punto doctrinal el P . Collins. · Al día siguiente marcharon el P. Collins y el negl'ito Eduardo á L imón, puerto del Caquetá, para construir una canoa con ayuda de los indios. E l 19 tuvimos la Comunióu general de niños en nú– mero de treinta, acercándose á recibir el Pan de los Angeles todos los niños y niñas de las familias blancas de Mocoa. E l día 21 vino una C@misión de los indios de Conda– gua pidiéndonos que visitáramos su pueblo. Los de Yunguillo nos escribieron una carta valiéndose del ins– pector de policía, en la que nos suplicaban coñ instan– cia no nos fuéramos sin visitarles. Estas peticiones de los indios nos llenaron de con– suelo, dándonos á entender su buena disposición para recibir la divina palabra. No perdería, pues, el tiempo un misionero enseñando la doctrina á los habitantes de Yunguillo y Condagua . ¡Plegue al Señor se allanen todas las d ificultades, para que, con la protección. del Supremo Gobierno colombiano, logre el ilustrísimo y re– verendísimo señor Obispo de Pasto ver cumplidos sus g randes y santos deseos de poner una residencia de mi– sioneros en Mocoa ! En los días s ubsiguientes nos ocnpanios en la Misión, confesando á los mayores y preparándolos para la Co– munión gene1·al, que tuvo lagar el domingo, 27 de Agosto.

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