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23 cieuda de Rodríguez, proctwando adquirir ~lgún c_onoci– miento del estado de la población. Este m1smo d,a. l~e– garon á Mocoa unos indios de S~n~a Rosa, ele la ~nbu Cafanes, quienes nos miraban atomtos, tocaban m1 ro– sario y cuerda haciéndonos algunas preguntas. Con ellos nos entr~tuvimos un rato, estudiándolos, Y nos qnedamos admirados de su cará~ter vivo Y, ~~ parece~·,. g!lenero: nos hicimos muy amigos, promet1endoles u muy pronto á visitados. , . . . El día de la Asunción de la Sant1s11na Virgen, para satisfacer los deseos de un devoto de nuestra Orden, cantamos una Misa solemne con ministros revestidos de alba sin dalmática. El coro lo desempeñó un solo ca~– tor sin acompañamiento de música. Quizá era la pn– me;·a vez que en Mocoa se celebraba Misa solemne. Acabada ésta se nos presentó el gobernaclor ele Con– daO'ua, acompañado de algunos de sus indios, y en cas– tellano bastante correcto nos suplicó que fuéramos á su pueblo, porque tenían la iglesia muy bien anegla~ita, y nos esperaban con los gnaguos para que los bautizá- ramos. Condao-ua es pueblecito situarlo á orillas del Caquetá, seis hor:S distante de Mocoa. En un lado del río hay unas pocas casas de blancos, y al otro lado está la igle– sia con las casas de los indios. La historia de Condagua es la ele algunos indios que bajaron de Yunguillo por el río Caqnetá hasta el punto que hoy ocupa Contagua, quienes comenzaron á construir casas con las que han formado ut1 pueblo poco menor que Yunguillo. Dada la animación que reina en los habitantes de Condagua, puede ser que el pueblo aumente en poco tiempo. De Yuuguillo se baja en canoa basta Condagna por el río Ca.quetá; siendo irn posible después navegar hasta Limón.

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